Oasis verde en el corazón del casco antiguo

Este idílico lugar, que en un principio fue un parque de ciervos en el siglo XVIII, impresiona por su historia y su ambiente. En su día se demolieron carreteras para dejar sitio a los ciervos. Hoy es un parque acogedor con agradables asientos y un precioso parque infantil. Un corto paseo lleva al encantador Angerbrunnen, un popular motivo fotográfico con la diosa romana de las flores Flora. Un viaje al pasado que cautiva a cualquiera.