Un paraíso de arena y marismas

Con el ritmo de las mareas, el paisaje cambia, revelando maravillas naturales únicas. Desde interminables playas de arena que invitan a pasear y construir castillos, hasta las misteriosas llanuras de marea que se pueden explorar con la marea baja. Observe numerosas especies de aves en las marismas o disfrute de la paz y la tranquilidad en un paseo por el paisaje de dunas. La isla sin coches permite escuchar el silencio, interrumpido solo por el sonido de las olas y el grito de las gaviotas. Los deportes acuáticos, como la vela o el windsurf, prometen una recreación activa, mientras que los relajados paseos en bicicleta conducen a través de verdes prados y pequeños pueblos. Lo más destacado: las caminatas por las marismas, donde se puede experimentar de cerca la fascinante flora y fauna del Mar de Frisia.