Llena tu cuerno y deja que el hidromiel casero se escurra por tu garganta mientras te sientas sobre pieles de reno y bebes de tazas de barro. Platos contundentes como el cochinillo y el jamón ahumado de la parrilla de leña, rodeados de la luz de las velas y el crepitar de la chimenea, te transportan directamente al mundo místico de los vikingos. Escucha viejas leyendas y el sonido de la flauta de hueso.

Acércate a la cultura vikinga en un pueblo al aire libre auténticamente reconstruido. Los artesanos demuestran técnicas tradicionales, mientras que tú mismo coses, tallas o tallas runas en talleres. Una réplica de la nave y los hallazgos originales en el museo ofrecen una visión profunda de la vida hace 1000 años.